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24/11/2023

Científicos buscan producirvacunas nacionales contra la influenza, la fiebre amarilla y contra la chikungunya

Integrantes de la Red Argentina de Vacunas de Interés Nacional para Enfermedades Infecciosas (RAVINEI) adelantaron los proyectos en carpeta para futuras formulaciones desarrolladas en la Argentina.

En un reciente encuentro público, la ministra de Salud nacional Carla Vizzotti destacó que “somos uno de los 10 países en el mundo que lograron el desarrollo completo de una vacuna contra el Covid-19”, resaltando la reciente aprobación de la formulación nacional contra el coronavirus. Este es uno de los puntos altos de la ciencia nacional en materia de nuevas vacunas, pero no el único. Desde la Red Argentina de Vacunas de Interés Nacional para Enfermedades Infecciosas (RAVINEI) confirmaron que trabajan en varios proyectos, incluyendo posibles vacunas contra la influenza, la fiebre amarilla y el virus de la chikungunya. “En todos los casos se trata de vacunas basadas en vectores adenovirales. Aunque aún se necesitan más estudios para confirmar su eficacia y seguridad, el desarrollo de vacunas inhalables para COVID-19 e Influenza podría tener un gran impacto en la prevención de estas enfermedades y en la reducción de su propagación. Aspiramos a generar una respuesta inmune más amplia, efectiva y duradera, que dará la posibilidad de aumentar los intervalos de vacunación entre las dosis recomendados en la actualidad”, resaltó Osvaldo Podhajcer, integrante de esta red. Y añadió: “Esta necesidad es reconocida por expertos a nivel global y está comprobado que para vacunas inhalables nuestra plataforma de adenovirus es superior, incluso, a las de ARNm. Se considera que son el futuro de la nueva generación de vacunas inhalables”. Como los virus de la Influenza y del Covid-19 se transmiten a través de las vías respiratorias, no son pocos los esfuerzos por buscar generar inmunidad en la propia mucosa nasal.

De hecho, ya se aprobaron al menos dos vacunas para Covid-19 intranasales en China e India y existen cerca de 100 en testeo, de las cuales 20 están en fases clínicas; además, hay estudios clínicos de fase 2 terminados con una vacuna inhalable para Influenza. En cuanto a fiebre amarilla y chikungunya, si bien son enfermedades relevantes en la región, lo cierto es que a nivel mundial no son consideradas prioritarias. “En el caso de la primera, existe una vacuna desde la década del ‘40 pero al basarse en un virus atenuado presenta una serie de contraindicaciones que hacen que se desaconseje su administración a embarazadas y lactantes, personas inmunocomprometidas y aquellos con hipersensibilidad a las proteínas de huevo de pollo”, resaltó Sabrina Vinzón, co-coordinadora de la RAVINEI. Y agregó: “Además, los grandes brotes se caracterizaron por problemas con la insuficiente oferta de vacunas, ya que los fabricantes dependen de procesos tradicionales lentos que les impiden aumentar la producción”.

Para chikungunya todavía no existen vacunas en el mercado ni tratamientos disponibles, pero según los expertos de la RAVINEI ya se ha demostrado que los vectores adenovirales constituyen una tecnología ventajosa para enfrentarlo. “En base a toda la experiencia ganada por nuestro grupo en estos años, tenemos la convicción de que hemos logrado una plataforma acorde a las necesidades para generar vacunas innovadoras contra cuatro virus que son de alto impacto”, concluyó Podhajcer. Además de estos proyectos a futuro, la RAVINEI dio recientemente sus primeros pasos con una buena noticia: en un artículo publicado en la revista NPJ Vaccines, parte de sus integrantes demostraron en animales la eficacia de su innovadora vacuna contra el SARS-CoV-2 (bautizada CoroVaxG.3-D.FR), que se basa en usar como vectores a adenovirus modificados por ingeniería genética. Del artículo publicado en NPJ Vaccines también participaron Paula Berguer, Ariadna Soto, Diego Viale, Jimena Afonso y Mauro Heitrich (FIL); los grupos dirigidos por Alexis Edelstein, Elsa Baumeister y Andrea Pontoriero, donde participaron también Luciana Vázquez, Leonora Nusblat, Ariel Vilardo, Martín Avaro, Estefanía Benedetti, Mara Russo y María Dattero (ANLIS-Malbrán); el grupo dirigido por Hugo Ortega junto a Eduardo Belotti y Natalia Salvetti (Centro de Medicina comparada de la Universidad del Litoral, Santa Fe); Alejandro Cristofalo y Lisandro Otero (Universidad Nacional de San Martín y Universidad Nacional de Río Cuarto); y Mauricio Carobene (UBA). Colaboración destacada: Maximilano Sánchez Lamas, de la start up Vaxinz. “Basados en la experiencia de más de 20 años de nuestro grupo en el uso de vectores adenovirales para terapia génica en cáncer, cuando irrumpió la pandemia nos enfocamos en adaptarlos para diseñar una vacuna que protegiera contra COVID-19.

Así, avanzamos con una candidata que, tras ser testeada en animales de laboratorio, demostró que protege de la enfermedad severa, neutraliza al virus –incluso a la variante Ómicron BA.1– y evita su diseminación a otros órganos como el cerebro”, aseguró Vinzón, quien es además investigadora del CONICET en el Laboratorio de Terapia Molecular y Celular (LTMC) de la Fundación Instituto Leloir y autora principal del estudio recientemente publicado.

 

Fuente: Mirada Profesional

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