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02/11/2023

Se inicia en el país el ensayo clínico del primer medicamento específico contra el dolor crónico

Diseñado por científicos argentinos, el estudio en humanos busca probar la eficacia de un fármaco experimental para tratar el dolor crónico de origen neuropático e inflamatorio.

Se define como dolor crónico a aquel cuya duración se extiende por más de tres meses desde que remite la lesión que lo generó, y se repite. Muchas veces está relacionado a enfermedades crónicas (diabetes, artritis, fibromialgia) o a patologías graves como el cáncer. También puede dividirse de acuerdo a su origen, ya sea neuropático o inflamatorio. Para quienes padecen esta situación, no existe una alternativa terapéutica concreta, y muchas veces deben padecer las consecuencias discapacitantes de su cuadro. Hace un tiempo, científicos argentinos vienen desarrollando un fármaco experimental para tratar el dolor crónico, que en modelos experimentales demostró efectividad para los dos orígenes de la patología. Ahora, se prepara la segunda etapa de pruebas: probar la seguridad del fármaco en voluntarios sanos, un proceso que se iniciará durante el mes de noviembre y demandará seis meses. El medicamento, el primero de su clase en el mundo, se denomina IMT504, y según sus promotores genera un efecto analgésico de entre 35 y 42 días de duración. “Cuando hay ADN suelto en el organismo (ya sea por el daño de una célula, ingreso de un virus, radiación, etc.) el sistema inmune está preparado para responder a esa agresión. Lo que nosotros logramos, con esta secuencia sintética de ADN que patentamos, fue imitar esa señal de daño y potenciar la respuesta natural que cualquier paciente ya tiene programada en su organismo. Es decir, son las células del propio paciente, y no el fármaco en sí, las encargadas de resolver el problema”, sostuvo Alejandro Montaner, director General y Project Manager de Immunalgia Therapeutics. La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) dio el visto bueno para el inicio de este estudio, que evaluará cuál es la dosis más alta que se puede administrar sin causar efectos adversos severos, y cuál es la farmacocinética y biodistribución de la molécula. Una vez pasada esta etapa, si los resultados son los correctos, se solicitará el permiso para las pruebas en pacientes con Síndrome de Dolor Regional Complejo. El trabajo está a cargo de un grupo de 15 investigadores, integrado por biólogos, bioquímicos, técnicos y médicos del Instituto de Investigaciones en Medicina Traslacional (CONICET-Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral) y del Instituto de Ciencia y Tecnología César Milstein (CONICET-Fundación Cassará), que crearon Immunalgia Therapeutics, una start-up biotecnológica a través de la cual aspiran a llevar al mercado esta tecnología disruptiva. En las pruebas previas, que sirvieron para que la ANMAT autorizara pasar al ensayo clínico de fase I, el nuevo desarrollo demostró que bloquea el dolor crónico, en especial cuando es inflamatorio (la artritis o la lumbalgia, por ejemplo) o neuropático (a partir de una lesión o alteración en el sistema nervioso). El dolor neuropático, con ejemplos comunes como la ciática o el dolor postamputación, es causado por la lesión directa del sistema nervioso central o periférico, manifestándose además con sensaciones de ardor, quemazón, picor y/o descargas eléctricas. Se trata de un dolor muy difícil de tratar, que afecta al 10 por ciento de la población mundial. “Los analgésicos generales (opioides, anti-inflamatorios noesteroideos) y varios fármacos originalmente diseñados para tratar enfermedades como la epilepsia (por ejemplo, gabapentina) o la depresión (antidepresivos tricíclicos), son de uso limitado y no quedan exentos de efectos adversos que con frecuencia conllevan al abandono del tratamiento. Nuestra droga, en cambio, actúa directamente sobre mecanismos vinculados al dolor y presenta un perfil de alta seguridad en experimentación pre-clínica”, sostuvo Pablo Brumovsky, director Científico de Immunalgia Therapeutics. “En el caso del dolor inflamatorio (como la artrosis, artritis y lumbalgia, etc.) si bien existen anti-inflamatorios en el mercado, su efectividad es acotada en el tiempo y su uso prolongado puede generar efectos adversos como úlceras gástricas”, sostuvo Marcelo Villar, que también participa del desarrollo. IMT504 se administra mediante una inyección subcutánea. La mayoría de los tratamientos del dolor terminan siendo paliativos. Por eso, los investigadores destacan como “atractivo” de esta droga candidata que no suprime el dolor, como lo hacen los analgésicos opioides u otros, sino que va tras otro blanco.

 

Fuente: Mirada Profesional

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