ARNm, la tecnología de las vacunas del futuro
La Salud Pública es una de las grandes olvidadas de la medicina y la sanidad. Solo nos acordamos de ella cuando se hace imprescindible, como en el caso de la pandemia de Covid. Se trata de una especialidad que necesita más recursos y herramientas de trabajo para cumplir con una función clave como la de cuidar de la salud de todos los ciudadanos, según ha quedado de manifiesto en el encuentro 'Cuidarse en salud. Prevención de virus y enfermedades', organizado por ABC Salud en colaboración con Moderna.
La Salud Pública es algo que tienen muy presente los responsables de esta área, apunta Elena Andradas, directora general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid. Para esta experta, invertir en programas de prevención «es una de las mejores inversiones en salud». Y esto, asegura, «implica que tenemos que estar siempre muy atentos, ser ágiles ante las innovaciones que se pueden producir en el corto y medio plazo y que debemos tener una estrecha relación con la industria farmacéutica y trabajar directamente con las sociedades científicas».
La vacunación es la piedra angular de Salud Pública en cuanto a la prevención de enfermedades. Si se le había olvidado a alguien, el Covid nos lo ha recordado.
Para que todo funcione, tanto a nivel de comunidades autónomas, nacional o europeo, Andradas destaca la «interoperabilidad» de los sistemas de información. «Ya no sirve con tener exclusivamente registros y sistemas de información, sino que lo que realmente necesitamos es tener datos actualizados a tiempo real».
Además, apunta Andradas, es precisa formación a todos los niveles, fundamentalmente de los profesionales sanitarios. «Tenemos que estar preparados para poder detectar precozmente nuevas posibles amenazas».
Uno de los pilares de la Salud Pública es la colaboración entre diferentes entidades y la empresa privada. La pandemia nos ha dejado el ejemplo de este trabajo colaborativo, asegura Juan Carlos Gil, director general de Moderna para España y Portugal. «Desde el principio de la pandemia se analizó la situación en Europa y se decidió que España iba a ser un punto estratégico de desarrollo e inversión para poder garantizar la producción y distribución de vacunas, facilitando el acceso a los pacientes en Europa».
España ha sido un socio de elección estratégico desde el primer momento. «La compañía decide invertir en sus centros de producción en 3 pilares básicos: producción de sustancia activa; fabricación del producto final y empaquetado, y la última y más reciente inversión que hemos realizado es un laboratorio de excelencia analítica para control de calidad, donde estamos llevando a cabo la distribución para más de 60 países».
Moderna ha invertido en España en 2021 y 2022 cerca de 500 millones de euros anuales para garantizar que estos centros estén operativos y su director general afirma que tienen la intención de continuar en esta línea. «Hacemos una apuesta clara por la ciencia y no se puede hacer sin ir de la mano de las sociedades científicas, como la Asociación Española de Vacunología (AEV), o con las universidades», afirma Juan Carlos Gil.
En este sentido, Jaime Jesús Pérez, presidente AEV, destaca que esta sociedad científica se ha marcado el reto de trabajar para y con otras especialidades médicas en las que las vacunas no son su campo principal de acción. «Tenemos que introducir las vacunas para que formen parte de su corpus, exactamente igual que lo hacen las especialidades pediátricas».
La población es otra línea de actuación. Y para ello, apunta Pérez, «es importante contar con los medios de comunicación». Además, en este último año la AEV ha introducido dos líneas estratégicas: una vocalía específica dedicada a las asociaciones de pacientes con el fin de hacerles llegar la importancia que tienen las vacunas en muchas de las patologías y una campaña de comunicación para la población general sobre las enfermedades respiratorias».
La aceptación de las vacunas por parte de la población es esencial para que los programas de salud pública y prevención funcionen. Explica Ángel Gil de Miguel, del Comité Asesor de Vacunas de la Consejería de Sanidad, que durante muchísimos años en España, la vacunación pediátrica ha funcionado de forma excelente.
Es en la adolescencia cuando la cobertura empieza a descender. «Se trabaja con las nuevas tecnologías -teléfono móvil, redes sociales, etc.-, pero sabemos que el reto mayor lo tenemos en la población adulta. Queremos vacunar antes de que las personas mayores estén en riesgo y por eso se plantean estrategias de vacunar de los 60 a los 65 años».
Ángel Gil cree que la mejor estrategia para mejorar esta situación es implicar a la medicina comunitaria y familiar para que tengan claro que la vacunación «mejora la calidad de vida de los pacientes».
Pero valorar la aceptación de las vacunas entre la población es algo complejo, reconoce Pérez, para quien, como señalaba un estudio publicado en la revista 'Pediatrics', hace falta un observatorio continuado que determine por qué no se vacuna la población. «No basta con medir las coberturas de vacunación, sino que debería haber un sistema que nos diga por qué el que no se vacuna no lo hace».
El año pasado, las coberturas fueron de un 65% en gripe y, en el grupo de 70 y 80 años, en un 67% para Covid. Es decir, «tenemos a dos tercios que cumplen la recomendación y un tercio que no». Y aquí conviene recordar algunas cifras: la gripe, dependiendo del año, puede causar entre 4.000 y 15.000 muertes, y la vacunación puede evitar hasta 26.000 muertes en un 1 año.
Como ya se ha dicho, la vacunación salva vidas. Y al mismo tiempo, apunta Ángel Gil, las vacunas ayudan a sostener el sistema sanitario. «Tenemos el dinero que tenemos y la sostenibilidad del sistema sanitario pasa por la prevención».
Una gripe y un ingreso por gripe tiene un coste de entre 5 y 6 mil euros. Es obvio que la vacunación es una medida tremendamente coste-efectiva y que garantiza que podamos seguir teniendo los hospitales disponibles para patologías que precisen un ingreso. «Que se muera una persona por gripe porque no ha sido vacunada no debería pasar en nuestro entorno», reconoce Ángel Gil.
La tecnología de ARNm, empleada para las vacunas del Covid, supuso un cambio en la fabricación de vacunas, ya que permite de forma mucho más segura, rápida y flexible aportar soluciones para los pacientes, señala Juan Carlos Gil.
En el futuro, Moderna quiere seguir trabajando a corto plazo en las enfermedades respiratorias. De aquí a dos años, «vamos a lanzar una vacuna de gripe, un combo de gripe y Covid, un combo de gripe, virus sincitial y Covid y una de virus sincitial individual. Son cuatro vacunas que vamos a tener antes de 2025 en el mercado, pero es que durante los próximos 5 años la plataforma nos va a dar la versatilidad de lanzar 15 nuevos productos al mercado no sólo en la parte respiratoria, sino también avanzaremos en enfermedades raras, en inmunooncología y en enfermedades cardiovasculares».
Tenemos tecnología, colaboración, distribución, ¿estaríamos preparados para una nueva pandemia? Desde luego hemos tenido la oportunidad de aprender qué es lo que realmente necesitamos reforzar para estar preparados para nuevas amenazas, dice Andradas.
Afortunadamente, añade Ángel Gil, «en España tenemos una red de vigilancia epidemiológica fantástica. La prueba está en que en medio de la pandemia surgió un problema con la viruela del mono y se detectó rápidamente, se implementaron todas las medidas que había que hacer para controlarlo».
Juan Carlos Gil, añade dos puntos importantes: hay que reforzar los sistemas públicos que tenemos de prevención y de salud pública y, además, para estar preparados ante una pandemia no solo basta con identificar que viene algo distinto, sino cómo luchar contra ello y para eso lo que tenemos que hacer es apostar por la innovación, no solo en tecnología, en ciencia biomédica, en biotecnología, sino también la adaptación y la sostenibilidad de esos elementos en tu país. Ahora mismo gozamos de una situación de privilegio con nuestras instalaciones en España. Nosotros ya estamos trabajando en las siguientes pandemias, es uno de los compromisos que adoptamos con la OMS».
Y finalmente un mensaje para la población ahora que estamos ante una nueva campaña de vacunación de Covid, apuntan los expertos. Conviene recordar que durante el primer año de vacunación se evitaron dos millones de muertes en todo el mundo, y 456.000 en España. Un informe de salud pública de Reino Unido ha evaluado que si la población se vacuna de forma masiva, este año se conseguirán evitar 4.000 fallecimientos. Estos datos nos dicen que, aunque el Covid afortunadamente no es lo que era en 2020 hay que vacunarse, pero también frente a gripe y a todo lo que está en el calendario vacunal.
Fuente: ABC Salud