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02/05/2024

La IA nos sitúa en una nueva era, en la que la medicina debe contar con profesionales lo mejor formados posible

Javier Blázquez Sánchez, jefe del Servicio de Radiología en el Hospital Ramón y Cajal y en el Hospital MD Anderson Cancer Center Madrid, reflexiona sobre el presente del futuro de la aplicación de la IA en medicina.

En tiempos de disrupción tecnológica, la medicina es un terreno en el que la Inteligencia Artificial cobra un especial valor, por su contribución al diagnóstico y al tratamiento. Ya con resultados, y con un esperanzador futuro por delante, esta aplicación de tecnología necesita ir de la mano de la experiencia y talento de los profesionales. Así sucede con el doctor Javier Blázquez Sánchez y su equipo, todo un ejemplo de trabajo sobre el terreno (con ejemplos como el programa 'Innovación Asistencial en Radiología' o participación en eventos como 'Hospitales Disruptivos. La reingeniería de la Sanidad'), y multidisciplinar en el que la ciencia, en su más amplio sentido, salva vidas.

El doctor responde algunas preguntas en el marco de unas jornadas formativas organizadas por Siemens Healthineers (en las que repasó todas las aplicaciones usadas en el día a día de la unidad), para reflexionar sobre diversos aspectos de la Inteligencia Artificial aplicada a la Radiología, una parte fundamental en el desempeño médico, la imagen de nuestras vidas.

-¿Cuál es su percepción sobre el momento actual de la aplicación de la Inteligencia Artificial en Radiología?

Su aplicación en Radiología ya ha abierto un campo para un mejor diagnóstico y tratamiento, más rápido, que nos permite hacer más cosas que antes nos llevaban mucho tiempo (con cifras de hasta un 73% de optimización de procesos). Esta combinación de eficacia y reducción de tiempos nos ayuda, y ayudará, de una forma decisiva al radiólogo y, por lo tanto, al paciente: la IA asume tareas repetitivas, nos ayuda a priorizar, mejora de una forma excepcional la comparación de casos, permite descentralizar procesos, etc. Un entorno en el que la colaboración, la comunicación, entre centros sanitarios es fundamental. La tecnología sanitaria nos está brindado nuevas oportunidades y tenemos que tener la mente y el conocimiento para aprovecharlas.

-Traumatología, oncología, cardiología… ¿qué otras disciplinas se verán favorecidas por estos avances?

La IA favorecerá, sin duda, a todos los procedimientos, ya que los avances actuales del estudio computacional hacen posible detectar aspectos que el ojo humano no ve (disponemos de muchos datos que nos permiten obtener biomarcadores de imagen, algo que estamos trabajando con técnicas como la radiómica). Esta utilización de la IA se puede aplicar, aparte de a los casos mencionados, a, por ejemplo, anatomía patológica, diversas cirugías (que contarán con planificaciones muy avanzadas)… Nos encontramos ante todo un universo de posibilidades de una aplicación tecnológica que ya forma parte de nuestro flujo de trabajo, de nuestro día a día.

-En este contexto, suele defender en sus apariciones públicas la importancia del trabajo de la ingeniería, ¿hasta qué punto es importante?

Es muy importante, como, de hecho, demostramos en nuestra unidad en nuestro trabajo diario. Los avances tecnológicos son extremadamente útiles, pero también plantean retos que requieren capacidad de adaptación y de organización, como trabajar con sistemas con diferentes interfaces de usuario y flujos de trabajo, diferentes niveles de conocimiento del personal, diferente calidad de imagen… la ingeniería es esencial para que el resultado de la integración de tecnología sea el mejor posible (incluso a la hora de organizar el trabajo). La IA nos sitúa en una nueva era, en la que la medicina debe contar con profesionales lo mejor formados posible (y en continua formación), desde los (muy importantes) técnicos a los ingenieros, que forman y formarán parte de los equipos. Por ello se plantea su formación para labores asistenciales, con un MIR de ingeniería interna-residente.

-¿Imaginaba hace, por ejemplo, diez años, los progresos actuales?

La verdad es que no tanto, no sólo por el progreso de la propia IA, sino también de las posibilidades que ofrecen ahora los avances en telecomunicaciones y tecnología sanitaria, que son una parte clave de este proceso de transformación. Estos desarrollos han supuesto un cambio radical para afrontar la carga de trabajo (en España se realizan más de 22 millones de exámenes de radiología convencional al año), y debemos seguir preparándonos para los nuevos avances que llegarán en nuestra especialidad.

-¿Hasta qué punto le preocupa la llegada de fondos para abordar todo este ecosistema de avances, de implementación de tecnología punta?

Es imprescindible, sin duda, una colaboración público-privada en un ámbito de responsabilidad social, ya que la administración pública no podría asumir los costes. Y uno de nuestros cometidos sería organizar el trabajo para optimizar funciones y procesos, algo en lo que la tecnología ayuda: por poner un ejemplo, si hace unos años había que cambiar un equipo de resonancia magnética para adquirir otro, ahora se puede trabajar (con el software adecuado) con su imán para que pueda durar más tiempo.

-En el caso de la dupla financiación-tecnología, suele mencionar el ejemplo de la iniciativa europea EUCAIM, ¿qué nos puede comentar en este sentido?

Es una iniciativa liderada por el profesor Luis Martí-Bonmatí (director del Departamento de Imagen Médica, Catedrático de Radiología, Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia). Su objetivo es compartir, de forma segura, millones datos para afrontar la lucha contra el cáncer gracias a la Inteligencia Artificial, lo que nos permitirá a toda la comunidad de investigadores clínicos potenciar la investigación en imagen y acelerar su traslación a la práctica clínica, para así mejorar la calidad del diagnóstico y de la atención sanitaria a los pacientes oncológicos de toda Europa.

-En tiempos en los que se debate sobre la destrucción de puestos de trabajo por la irrupción de la IA. ¿Qué opina al respecto?

Estoy seguro de que, en nuestro ámbito, no se trata de eliminar puestos de trabajo, sino de reconducir, reasignar, mejorar. Un contexto en el que todos los profesionales de la medicina debemos tener, desde nuestras ocupaciones, una actitud proactiva para mejorar nuestro trabajo, con el objetivo de construir un presente y un futuro mucho más centrado en la atención personal al paciente y, por lo tanto, más ilusionante y humanizado.

 

Fuente: ABC Salud

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