Llega al país nuevo medicamento para tratar la artritis reumatoidea
La ANMAT aprobó el uso de baricitinib de laboratorios Lilly, la primera terapia oral que logra mejores resultados que los tratamientos biológicos inyectables.
En 2015, se presentaron estudios en Estados Unidos que avalaron el uso de baricitinib, el primer medicamento oral contra la artritis reumatoidea. El fármaco, producido por laboratorios Lilly, pertenece a la generación de pequeñas moléculas denominadas inhibidores de JAK, y mostró resultados superiores a los tratamientos biológicos inyectables. Ahora, el medicamento llegó a la Argentina, y fue presentado por especialistas, que resaltaron fue eficiencia cuando los fármacos tradicionales no dan buenos resultan. Se estima que en el país padecen este mal entre 0,5 y 0,8 por ciento de la población y sus principales síntomas son dolor, rigidez, hinchazón y pérdida de funciones en las articulaciones, generalmente de las manos y los pies, pero también de caderas, codos, hombros y rodillas, pero puede afectar también a otros órganos.
Con el visto bueno de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), este nuevo medicamento contra la artritis reumatoidea ya está disponible en el país. El mismo, informaron sus productores, se indica como opción cuando los fármacos tradicionales no resultan eficientes y que mostró una eficacia superior para casos entre moderados y severos de la enfermedad. Como en sus ensayos clínicos se involucró a un porcentaje considerable de participantes argentinos, se adapta a las características de nuestra población. “Por primera vez un tratamiento oral se ha mostrado superior a uno estándar, con lo que los pacientes en los que el metotrexato no ha dado resultado hoy cuentan con una opción por vía oral en un contexto donde todos los tratamientos son subcutáneos o endovenosos”, sostuvo Eduardo Mysler, médico argentino especialista en reumatología director de la Organización Médica de Investigación y docente de la Universidad de Nueva York.
Por su parte, el doctor Ricardo Blanco, jefe de la Sección de Reumatología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, España, indicó que “de momento, los costos actuales de esta nueva molécula solventan los de la investigación clínica para demostrar la eficacia del baricitinib y la eficiencia cuando se administra a pacientes en su vida diaria, pero en un período de entre 10 o 15 años, cuando venzan las patentes, su costo de elaboración rondará el de los 100 dólares al año, muy inferior al de un medicamento biosimilar, que es la copia o el genérico de un biológico, que tiene como costo de producción 4 mil dólares anuales”, destacó. La indicación, según el experto, es para los pacientes a quien no les haya funcionado el tratamiento con metotrexato, de acuerdo a las guías internacionales, sin otras restricciones de edad o etapas de la enfermedad. “Su prescripción dependerá del manejo del hospital o de las inicaciones del reumatólogo”, dijo el experto español respecto a este nuevo tratamiento, lanzado por laboratorio Lilly.
La artritis reumatoidea es una enfermedad del sistema inmunológico que se caracteriza por la inflamación crónica de las articulaciones que dificulta el movimiento y produce dolor. Su causa específica, en la mayoría de los casos, es desconocida, por lo que los tratamientos no hablan de “cura” (ya que debería saberse su etiología) sino de “remisión”. Si bien puede manifestarse a cualquier edad, es más común en personas jóvenes, especialmente entre los 35 y los 45 años, con una frecuencia tres veces mayor en mujeres que en varones–, con lo que afecta sustancialmente la calidad de vida en años laborales y en el caso de la mujer, en la etapa reproductiva.
Se estima que en el país la padece entre 0,5 y 0,8 por ciento de la población y sus principales síntomas son dolor, rigidez, hinchazón y pérdida de funciones en las articulaciones, generalmente de las manos y los pies, pero también de caderas, codos, hombros y rodillas, pero puede afectar también a otros órganos. De hecho, los tratamientos contra la AR deben controlar de raíz el proceso inflamatorio, ya que de otra manera la patología suele derivar en la pérdida progresiva de movilidad, dolor crónico y una disminución de la expectativa de vida.
Los tratamientos convencionales (metotrexato, leflunamida, sulfasalazina) apuntan a modificar la respuesta del sistema inmunológico a fin de cortar de raíz los procesos inflamatorios. Cuando por sí solos no dan el resultado esperado, la opción disponible hasta ahora eran los modificadores biológicos o anti-TNF, basados en anticuerpos monoclonales de acción mucho más específica. “Como todos los anti-TNF son inyectables, la nueva opción dada por un inhibidor de JAK como el baricitinib, cuyas pequeñas moléculas sintéticas posibilitan la elaboración de un fármaco de administración oral, representa para muchos pacientes una ventaja, ya que ofrece los mismos resultados con un comprimido diario”, concluyó Mysler.
Fuente: Mirada Profesional