Más cerca de una vacuna universal para la gripe
Una vacuna universal para la gripe, que no haya que modificar cada año, es un ansiado objetico anhelado desde hace años por los científicos. Las vacunas estacionales contra la gripe protegen contra infecciones graves, pero varían en eficacia y pueden no ser compatibles con las cepas más virulentas de la temporada. La realidad de una vacuna universal contra la gripe, que protegería a las personas de todas las cepas, e idealmente durante más tiempo que una sola temporada, sigue siendo difícil de alcanzar.
Ahora, los hallazgos publicados esta semana en el 'Journal of Virology' sugieren que la ciencia está cada vez más cerca estamos.
Un equipo de investigación del Instituto de Investigación Lerner de la Clínica Cleveland (EE.UU.) han informado de que su candidata a vacuna universal contra la gripe, probada en modelos animales, provocó una fuerte respuesta inmunitaria y proporcionó protección contra la infección grave después de la exposición al virus. El nuevo trabajo se basa en estudios preclínicos previos, igualmente prometedores, en ratones del mismo grupo, dirigidos por Ted M. Ross, Director de Desarrollo Global de Vacunas en la Clínica Cleveland.
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Los investigadores esperan lanzar ensayos clínicos en humanos dentro de 1 a 3 años, señala la viróloga Naoko Uno, que dirigió el nuevo estudio. «Queremos asegurarnos de que nuestra vacuna pueda abarcar varias temporadas, no solo una, y proteger contra todas las cepas que afectan a los humanos», afirma.
Los científicos han identificado cuatro tipos de virus de la gripe, pero dos de ellos (la gripe A y la gripe B) son los que plantean mayores riesgos para los seres humanos. Las vacunas contra la gripe estacional incluyen proteínas de tres o cuatro subtipos circulantes de esos virus, entre los que se incluyen el H1N1, el H3N2 y el IBV. Pero como el virus muta tan rápidamente, predecir qué cepas plantearán el mayor riesgo y, por lo tanto, elegir qué ingredientes incluir es un juego de adivinanzas.
Los investigadores diseñaron su nueva vacuna candidata utilizando una metodología llamada COBRA (Computationally Optimized Broadly Reactive Antigens).
Se han identificado cuatro tipos de virus de la gripe, pero dos de ellos (A y B) son los que plantean mayores riesgos para los seres humanos.
Comenzaron descargando miles de secuencias genéticas de cepas patógenas de gripe, que abarcan varias temporadas, de una base de datos en línea. Posteriormente analizaron digitalmente esas secuencias para identificar qué aminoácidos (los componentes básicos de las proteínas) se conservan a lo largo de los virus y las estaciones.
Así identificaron grupos de proteínas para diferentes subtipos. Para desarrollar una vacuna de mayor alcance, explica Uno, el grupo localizó ocho proteínas de esos estudios previos asociados con una respuesta inmunitaria sostenida. «Hemos podido reducir esta lista para decir que son las mejores, ya que abarcan varias temporadas y provocan una respuesta de anticuerpos ampliamente reactiva. Es como crear un álbum de grandes éxitos. Queremos volver a incluir solo los mejores en la vacuna».
Entre los mayores éxitos se encuentran las proteínas de los virus de la gripe de tipo H1 y H3, dijo Uno, pero también las proteínas de los virus H2, H5 y H7, que son cepas contra las que la mayoría de las personas no tienen anticuerpos. Algunas de ellas tienen potencial pandémico, explica Uno.
Los brotes anteriores de gripe aviar, o H5N1, han provocado una alta tasa de mortalidad humana, y en marzo de 2024 se encontró el virus en el ganado vacuno de Texas. Desde entonces, se ha diagnosticado a 4 personas que trabajan con ganado. Además, se ha propagado a docenas de rebaños en varios estados y en otras especies, incluidos leones marinos, aves, gatos y alpacas.
En el nuevo estudio, se administró la vacuna candidata por vía intranasal. Los análisis de sangre mostraron que 4 semanas después los animales habían desarrollado anticuerpos contra el virus y, cuando los animales estuvieron expuestos al patógeno, estaban protegidos contra el desarrollo de la infección.
Uno añade que la metodología COBRA no se limita a encontrar y ensamblar proteínas recombinantes para la gripe. Podría usarse para analizar el ARNm u otras biomoléculas o explorarse para desarrollar vacunas contra enfermedades virales como el dengue. «Esto se puede usar en muchos virus».
Fuente: ABC Salud