MUY FELIZ NAVIDAD 2016
Como es tradición, todos los años, más allá de la legitimidad religiosa, la Navidad viene a intentar unir a las familias y los amigos alrededor de una mesa. El objetivo es noble, pero como toda costumbre muchas veces se vuelve rutinaria, despertando adeptos y detractores. Hay gente que disfruta y se desvela por los detalles de aquella cena, otros que, contra su voluntad, deben acatar la orden de asistir, mientras algunos pocos, que cuentan con posibilidades, prefieren viajar y pasar esta festividad lejos de todo y de todos.
En fin, frente a una tradición, sea religiosa o no, siempre habrá diversas formas de afrontarla y vivenciarla.
Es claro que muchos son los sentimientos que se despiertan en estos casos porque son fechas que cuentan con toda una línea histórica en nuestras vidas: las experiencias de las navidades pasadas y todos los recuerdos que ello conlleva, imágenes de gente querida que ya no está, la relación actual con la familia, la relación con nuestra religiosidad, etc. La Navidad, más que otros eventos anuales, enciende divergencias porque es muy fuerte el mensaje unidireccional de la sociedad de cómo se debe vivir, sentir y actuar. Curiosamente no sucede lo mismo el 1° de Mayo, día del trabajador, por dar un ejemplo. ¿Por qué? Porque no hay reglas fijas y cada uno decide disfrutarlo como desea: reuniéndose con amigos, en familia, concurriendo a un evento político, paseando o no haciendo absolutamente nada. De esta manera, nadie experimenta culpa por decidirse por una u otra alternativa, cosa que no ocurre habitualmente en Navidad, donde se juegan otras cuestiones.
Cuando se impone socialmente una modalidad afectiva y/o de acción frente a un evento, siempre se cosechan fervientes seguidores y decididos antagonistas. Si no se comparte el mismo sentimiento que se supone uno debe experimentar en "esos momentos"... entonces "algo anda mal"; y la culpa o el malestar pueden terminar invadiéndonos.
Pero más allá de todo aquello, que claramente pertenece al ámbito subjetivo, CAFABO les desea los mejores augurios en esta NAVIDAD, sin hacer distinción en la manera que cada uno tenga de vivirla, de transitarla; respetuosos siempre de la singularidad y la libertad de cada persona, más allá de lo que indiquen los grandes relatos y mandatos culturales, relacionados a cómo sentir, pensar y actuar en determinados momentos de la vida.
¡¡¡MUY FELIZ NAVIDAD!!! y a vivirla con auténtica libertad...