Piden estar alerta por el uso en el país de poderoso analgésico demandado en Estados Unidos
Se trata de la oxicondona, un opiáceo que es investigado en el país del norte por causar miles de muertes por su uso abusivo. El laboratorio productor enfrenta una demanda colectiva. En la Argentina, el producto está autorizado y se sigue vendiendo.
En la serie Dr. House, el protagonista es un médico que rompe con los estereotipos de los personajes televisivos dedicados a la salud. Una de sus características es que consume de forma habitual analgésicos, entre ellos la oxicodona. Así, miles de personas en el mundo comenzaron a conocer sobre este medicamento, que hoy está en la mira de la justicia en Estados Unidos, ya que es parte de la que llaman “la peor epidemia de la historia” en materia de abuso de estos tratamientos. Uno de los laboratorios productores incluso enfrenta una demanda colectiva, para determinar su responsabilidad en miles de muertes relacionadas con el consumo de este opiáceo. Como sucedió años atrás con las tabacaleras o los fabricantes de armas, se busca determinar el rol que jugó la industria farmacéutica en este desastre sanitario. La noticia puso en alerta a especialistas y autoridades nacionales, ya que el analgésico se vende en el mercado local. Por el momento, no ha cambiado el estatus de dispensa, pero ya se activaron distintos mecanismos para evitar situaciones abusivas. Admiten que en el país “no hay gran experiencia” en el manejo de este medicamento.
Este mes, se conoció la demanda colectiva iniciada en Estados Unidos contra el fabricante de OxyContin, la marca comercial de la oxycondona. En concreto, 26 estados y varios colectivos de ciudadanos se presentaron en la justicia y denunciaron a las autoridades del laboratorio Purdue Pharma, a quienes acusan de “vulnerar la legislación, a sabiendas, para enriquecerse mientras miles de personas mueren”. La demanda masiva apunta a ocho miembros de la familia Sackler, propietarios y máximos responsables de la farmacéutica, a quienes acusan de forma directa de los delitos. Los estadounidenses mueren ahora más por sobredosis que por accidentes de coche. En el 2017, el último año del que se tienen datos, las drogas provocaron la defunción de 70 mil personas y los opiáceos fueron el motivo principal que condujo a más óbitos por sobredosis. La que denomina “la peor epidemia de la historia” no sólo involucra a la oxicodona. Los fallecidos por el efecto del fentanilo, otros opiáceo sintético, se ha incrementado en un mil por ciento desde el 2011.
Este drama puso bajo la lupa el uso de este analgésico en la Argentina, donde el medicamento está autorizado La oxycondona se vende con el nombre comercial de Oxycontin, y es elaborado por el laboratorio extranjero Mundipharma Pharmaceuticals, que en 2016 se instaló en nuestro país. El tratamiento fue autorizado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) a través de la disposición 5743/09 y el expediente 1-47-1110-763-17-8. Por certificado 46.428, se autorizó la inscripción en el Registro de Especialidades Medicinales del producto denominado “Oxycontin/ oxicodona clorhidrato 10 mg – 20 mg – 40 mg; forma/s farmacéutica/s: comprimidos recubiertos de liberación prolongada, que es importado desde Estados Unidos a la República Argentina”. "Lo seguimos vendiendo", confirmó al diario Clarín Martín Gravano, gerente general del laboratorio.
Gravano explicó que Mundipharma es una compañía independiente de Purdue Pharma. Por lo tanto, "no tenemos mucho reporte" sobre lo que sucede en Estados Unidos y "no tenemos comunicación con ellos", señaló. "No lo vendemos mucho. Es pequeño (a nivel mercado), para nosotros. No es muy utilizado en Argentina. Cada país tiene sus particularidades, y en Estados Unidos se toma mucho más", agregó. Por su parte, fuentes de la ANMAT agregaron que el analgésico está registrado en el país, que se vende bajo receta oficial y que en el sitio oficial del organismo se informa sobre sus componentes y efectos adversos.
Durante el año 2017 se oficializaron importaciones del producto Oxycontin por un total de 28.266 unidades correspondientes a sus diferentes concentraciones autorizadas, produciéndose una disminución durante 2018 a 24.200 unidades en total. Asimismo, durante el año 2017 se ha informado un solo evento adverso relacionado al producto Oxycontin, siendo prurito la reacción reportada. “Como en todo producto incluido en esta categoría, los riesgos y precauciones son conocidos por los profesionales médicos, quienes realizan el seguimiento del tratamiento en cada persona en particular”, remarcó la ANMAT mediante un comunicado, emitido ante las noticias sobre la demanda contra este medicamento.
Ante esto, los especialistas mantienen la alerta respecto del abuso de estos analgésicos. “La oxicodona como medicamento bien utilizado es muy bueno. El peligro es la dependencia física que genera, porque puede llevar a los pacientes a auto prescribirse, a utilizarlo en cantidades cada vez mayores sin el consentimiento del profesional que la administra. Esto hace que la persona termine consumiendo cantidades muy grandes ya no solo buscando un efecto con el que se lo había indicado, como analgésico, sino los efectos placenteros o euforiantes que le causa al consumir. A veces incluso se empiezan a asociar con otro tipo de medicamentos de la misma familia que hacen que se potencie”, señaló a Perfil el jefe de toxicología del Hospital Fernández, Carlos Damin, jefe de Toxicología del hospital Fernández. En tanto, Diego Cunille, cirujano y miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, explicó al mismo medio que los principales efectos secundarios inmediatos de la oxicodona son: constipación, diarrea, problemas cutáneos, somnolencia, confusión, insomnio, disnea (dificultad respiratoria o alta de aliento) y espasmos. A largo plazo, genera una fuerte adicción equivalente a la que causa el consumo de heroína. “Se tienen registro de 90 muertes por día relacionadas con esta mediación por su efecto adictivo y sus efectos secundarios”, puntualizó Cunille. “En Argentina no hay grandes protocolos ni gran experiencia en estos medicamentos, por lo que se suelen recetar dosis bajas pero no deja de tener efecto igual adictivo”, agregó.
En 2018 la epidemia de sobredosis siguió empeorando en Estados Unidos: se registraron, según datos provisionales más de 70.000 muertes, según el último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), un organismo de Naciones Unidas. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) atribuyen a los opiáceos más del 66% de estas muertes. Una emergencia de salud pública, declaró Donald Trump en 2017. Con razón, pues los fallecimientos por opiáceos superan el total de muertes por VIH, accidentes de tráfico o armas de fuego. Esta crisis comenzó a principios de 2010 por el uso de fármacos con receta médica, como oxicodona y otros analgésicos. Se calcula que 11 millones de personas en Estados Unidos dependen de ellos para tratar dolores incapacitantes.
Fuente: Mirada Profesional