Por primera vez, probaron una vacuna de ARN mensajero para tratar el tumor de cerebro más agresivo
Se trata de un desarrollo aún experimental que lleva adelante la Universidad de Florida, en Estados Unidos. Los resultados fueron publicados en la revista Cell. Cómo funcionaría la vacuna y cuáles son los pasos a seguir.
Durante la emergencia global por la pandemia de COVID-19, se desarrollaron las vacunas de ARN mensajero para prevenir cuadros graves y complicaciones por la infección por el coronavirus. Ese tipo de inmunización no contiene el virus ni puede causar la enfermedad.
Pero la investigación de base que permitió el rápido avance con las vacunas de ARN mensajero había empezado hace más de tres décadas ya que los expertos que lo estudian consideran que podría ayudar para el control de diferentes enfermedades.
Recientemente, en los Estados Unidos, se realizó por primera vez un ensayo clínico con una vacuna de ARN mensajero para tratar el tumor cerebral más agresivo en seres humanos, el glioblastoma. Este desarrollo funcionaría como un tipo de inmunoterapia. El trabajo fue publicado en la revista Cell.
El ensayo se hizo con cuatro pacientes adultos y fue organizado por investigadores de la Universidad de Florida, Estados Unidos, quienes observaron que la vacuna experimental reprogramó rápidamente el sistema inmune de los voluntarios para atacar el glioblastoma.
La incidencia del glioblastoma multiforme oscila entre 0,59 y 5 por cada 100.000 personas, y está aumentando en muchos países. Los científicos están trabajando en el desarrollo de mejores opciones de tratamiento. Se sabe que en muchos pacientes que acceden a la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia, el tumor puede seguir creciendo y casi siempre vuelve a aparecer.
La vacuna de ARN mensajero podría llegar a ser una opción si se comprueba realmente su eficacia y seguridad en ensayos clínicos más grandes.
“Hay una nueva generación de vacunas ARN mensajero para diferentes tumores que está en desarrollo. La vacuna para glioblastoma es una de ellas. Aún falta más investigación, pero se trata de una innovación que podría ser aplicada en diferentes tumores”, dijo a Infobae el doctor Diego Kaen, presidente de la Asociación Argentina de Oncología (AAOC).
“El estudio publicado en Cell muestra un resultado positivo y esperanzador para el glioblastoma, porque hace años que no tenemos buenas noticias”, señaló Kaen.
La vacuna, aún en desarrollo, utiliza células tumorales del propio paciente. Al aplicarse podría contribuir a que el sistema inmune de la persona se active para contrarrestar al tumor (Karl-Heinz Nenning)
El descubrimiento, que se publicó en la revista Cell, representa una posible nueva forma de reclutar al sistema inmune para combatir cánceres notoriamente resistentes a los tratamientos mediante una iteración de la tecnología de ARN mensajero y nanopartículas lipídicas. En ese punto, lo que hicieron los investigadores es similar a las vacunas contra el COVID.
Pero la nueva herramienta tiene dos diferencias clave: el uso de las células tumorales del propio paciente para crear una vacuna personalizada y un complejo mecanismo de administración de nueva ingeniería dentro de la vacuna.
“En lugar de inyectar partículas individuales, inyectamos grupos de partículas que se envuelven entre sí como cebollas, como una bolsa llena de cebollas”, explicó el autor principal, el doctor Elias Sayour, oncólogo pediátrico de la Universidad de Florida (UF). “Y la razón por la que lo hemos hecho en el contexto del cáncer es que estos grupos de partículas alertan al sistema inmune de una forma mucho más profunda de lo que lo harían las partículas individuales”, agregó.
Como es un tipo de inmunoterapia, la vacuna experimental intenta “educar” al sistema inmune del paciente para que sepa que un tumor es extraño y que debe combatirlo.
Uno de los hallazgos más impresionantes fue la rapidez con que el nuevo método, administrado por vía intravenosa, estimuló una vigorosa respuesta del sistema inmune para rechazar el tumor, dijo el doctor Sayour, investigador principal del Laboratorio de Ingeniería del ARN del Centro Preston A. Wells Jr. de Terapia de Tumores Cerebrales de la UF e investigador del Centro Oncológico de la UF y del Instituto McKnight del Cerebro que dirigió el equipo de investigación multi-institucional.
En menos de 48 horas, pudieron ver que los tumores pasaban de una respuesta inmunitaria muy silenciada a una respuesta muy activa. “Esto nos sorprendió mucho por lo rápido que ocurrió, y lo que nos dijo es que fuimos capaces de activar la primera parte del sistema inmunitario muy rápidamente contra estos cánceres, lo cual es fundamental para desbloquear los efectos posteriores de la respuesta inmunitaria”, resaltó.
El grupo de investigadores ha estado trabajando a lo largo de siete años en el tema, empezando en modelos preclínicos de ratón y luego en el ensayo clínico con 10 perros que habían desarrollado espontáneamente un cáncer cerebral terminal y no tenían otras opciones de tratamiento.
Los perros ofrecen un modelo natural de glioma maligno porque son la única especie que desarrolla tumores cerebrales espontáneos con cierta frecuencia, explicó Sheila Carrera-Justiz, doctora en Medicina Veterinaria y neuróloga veterinaria de la Facultad de Veterinaria de la UF que colabora con Sayour en los ensayos clínicos.
Tras tratar con vacunas de ARN mensajero personalizadas a perros que habían desarrollado espontáneamente un cáncer cerebral, el equipo de Sayour llevó la investigación a un pequeño ensayo clínico aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para garantizar la seguridad y probar la viabilidad antes de ampliarlo a un ensayo mayor.
En una cohorte de cuatro pacientes, se extrajo material genético denominado ARN del tumor extirpado quirúrgicamente de cada uno de ellos.
Luego se amplificó el ARN mensajero y se envolvió en nanopartículas lipídicas biocompatibles de nuevo diseño y alta tecnología. Eso se hizo para que las células tumorales “parecieran” un virus peligroso cuando se reinyectaran en el torrente sanguíneo y provocaran una respuesta del sistema inmune del organismo humano.
La vacuna se personalizó para cada paciente con el objetivo de aprovechar al máximo su sistema inmune único.
“La demostración de que la fabricación de una vacuna contra el cáncer con ARN mensajero de este modo genera respuestas similares y fuertes en ratones, perros que han desarrollado cáncer espontáneamente y pacientes humanos con cáncer cerebral es un hallazgo realmente importante, porque a menudo no sabemos si los estudios preclínicos en animales se traducirán en respuestas similares en los pacientes”, expresó el doctor Duane Mitchell, director del Instituto de Ciencia Clínica y Traslacional de la UF y coautor del artículo.
Consideró que la herramienta que desarrollan “es una forma novedosa y única de administrar el ARN mensajero para generar estas respuestas inmunes realmente significativas y rápidas que estamos viendo en animales y humanos.”
Aunque es demasiado pronto en el ensayo para evaluar los efectos clínicos de la vacuna, los pacientes vivieron libres de la enfermedad más tiempo del esperado o sobrevivieron más tiempo del previsto.
Los 10 perros mascota vivieron una media de 139 días, frente a la supervivencia media de 30 a 60 días típica de los perros con la enfermedad.
Cuáles serán los próximos pasos con la vacuna de ARN
El siguiente paso de los investigadores, con el apoyo de la FDA y la fundación CureSearch for Children’s Cancer, será un ensayo clínico de fase I ampliado a 24 pacientes adultos y pediátricos para validar los resultados.
Una vez confirmada la dosis óptima y segura, se calcula que unos 25 niños participarán en la fase II, explica Sayour. El laboratorio de Sayour se asociará con un consorcio multiinstitucional, el Consorcio de Neurooncología Pediátrica, para enviar el tratamiento de inmunoterapia a hospitales infantiles de todo el país.
Los científicos de EE.UU reconocieron que la continua incertidumbre sobre la mejor manera de aprovechar el sistema inmune y la posibilidad de efectos secundarios adversos son algunas de las potenciales limitaciones del avance (Josep Carreras Leukaemia Research Institute)
A pesar de los prometedores resultados, los autores señalaron que una limitación es la continua incertidumbre sobre la mejor manera de aprovechar el sistema inmune y minimizar al mismo tiempo la posibilidad de efectos secundarios adversos.
“Tengo la esperanza de que esto podría ser un nuevo paradigma para la forma en que tratamos a los pacientes, una nueva tecnología de plataforma para la forma en que podemos modular el sistema inmunológico”, dijo Sayour. Se podría llegar a usar con otras inmunoterapias.
“El estudio publicado en Cell resulta interesante. Han hecho estudios en ratones, perros y personas. Si bien aún el desarrollo está en fase experimental (actualmente se está evaluando el perfil de seguridad de la estrategia en pacientes con glioblastoma)”, sostuvo Marianela Candolfi, investigadora del Conicet en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Buenos Aires, en diálogo con Infobae.
“En el campo del estudio del glioblastoma, se usa una expresión si vas a atacar al tigre, hay que atacarlo completamente. Porque si no lo hace, el tigre vuelve. Se han probado diferentes estrategias en el pasado, pero el tumor vuelve siendo resistente a la terapia utilizada”, comentó.
“Al tener en cuenta los antecedentes, el nuevo acercamiento de los investigadores estadounidense se destaca porque está basado en el perfil de expresión del tumor del mismo paciente y es mas completo que las estrategias previas de inmunización. También puede ser una herramienta más estable y podría combinarse con otras inmunoterapias, como los inhibidores de puntos de control inmunológicos, para reducir la inmunosupresión generada por este tumor”, dijo Candolfi.
Fuente: Infobae