Primeros auxilios en época de fiestas
En Navidad y Año Nuevo no faltan los accidentes. Algunas recomendaciones básicas para casos de emergencia.
Las quemaduras son lesiones en la piel causadas por factores como el contacto con fuego, líquidos o superficies calientes y otras fuentes de altas temperaturas. Los cuidados dependerán del grado de lesión que se produzca en la piel y en los tejidos. Si la quemadura produjo enrojecimiento, dolor, hinchazón y ampollas, se debe sumergir la zona afectada en agua fría por 10 minutos aproximadamente. Sin embargo, si el daño es mayor y hay destrucción de la piel junto a todos los síntomas anteriores, se debe retirar la ropa o cortarla, sumergirse en agua fría o aplicarla en la zona. Es importante transportar al afectado a un hospital cercano lo más pronto posible y no usar cremas.
En caso de atragantamientos por ingesta de alimentos, la víctima puede reaccionar de diferentes maneras: con tos persistente (sin restricción de la respiración) o, por el contrario, con asfixia. Esta última se produce cuando deja de afluir oxígeno a los pulmones. Para poder actuar, se debe tener en cuenta la edad de la persona. Si el accidente involucra a un bebé o un niño, debemos colocarlo boca abajo sobre los muslos y darle cinco palmadas rápidas y fuertes entre los omóplatos con el talón de la mano.
Hay que considerar, además, que la maniobra de Heimlich (compresión abdominal) debe ser usada solo con personas adultas, pues no es una técnica adecuada para realizar en un lactante o menor de un año, porque se corre el riesgo de ocasionarle lesiones en las vísceras abdominales. Para realizarla correctamente, hay que ponerse detrás de la persona y rodearla con los brazos, empuñar una de las manos colocándola en la zona del ombligo y, con la otra mano, realizar una presión hacia dentro y hacia arriba, hasta que el objeto extraño sea expulsado por la boca. Las compresiones deben repetirse hasta que el cuerpo extraño sea expulsado. Si la persona cae al suelo inconsciente, se debe comenzar la reanimación cardiopulmonar.
Cuando la respiración o los latidos cardíacos de una persona han cesado, como podría ocurrir en casos de ahogamiento o asfixia, se aplica un procedimiento de reanimación cardiopulmonar (RCP). Este consiste en dar respiración boca a boca al afectado, suministrando oxígeno a los pulmones y realizando compresiones cardíacas para mantener circulando la sangre de la víctima.
Coloque a la persona en una superficie plana. Observe, escuche y sienta si respira, poniendo el oído cerca de la nariz y la boca. Observar también si hay movimiento en el pecho. Si no lo tiene, sitúese al lado de la víctima y realice compresiones hundiendo el tórax. Asegúrese de que el tórax vuelva a su posición inicial en cada compresión. Si es un bebé, las compresiones se deben realizar únicamente con dos dedos; si es un niño o adulto estas se realizan con la palma de la mano.
Actúe. La práctica de primeros auxilios es una medida de emergencia que se aplica a las víctimas hasta disponer de tratamiento especializado y que puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.
Frecuencia. La frecuencia en una maniobra de RCP debe considerar al menos 100 compresiones por minuto, más 2 ventilaciones extendiendo la cabeza y elevando el mentón de la víctima.
Fuente: larepublica.pe