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13/12/2024

Un fármaco contra la esquizofrenia podría tratar la enfermedad de Alzheimer

KarXT, aprobado para la esquizofrenia, promete tratar el Alzheimer al actuar en receptores muscarínicos del cerebro, combinando efectos antipsicóticos y cognitivos.

KarXT, un fármaco recientemente aprobado para tratar la esquizofrenia, está generando grandes expectativas sobre su potencial para tratar también la enfermedad de Alzheimer. Este fármaco representa un avance significativo en la psiquiatría, ya que se dirige a los receptores muscarínicos del cerebro, lo que le permite tener efectos tanto antipsicóticos como cognitivos.

Esta innovación ha reavivado la investigación en fármacos muscarínicos, una clase de medicamentos que había quedado en segundo plano en el tratamiento de trastornos cerebrales.

El desarrollo de KarXT comenzó con la investigación de la xanomelina, un compuesto que, en la década de 1990, mostró reducir los síntomas psicóticos en personas con alzhéimer. Sin embargo, la xanomelina causaba efectos secundarios como náuseas y vómitos debido a su acción en los receptores muscarínicos en todo el cuerpo. Para evitar estos efectos, la compañía Karuna Therapeutics combinó la xanomelina con el trospio, un compuesto que bloquea estos receptores fuera del cerebro, minimizando los efectos secundarios en el organismo.

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Este enfoque, conocido como KarXT, ha demostrado ofrecer beneficios antipsicóticos y cognitivos en pacientes con esquizofrenia, con menos efectos adversos que el tratamiento original, informe un artículo en 'Nature'.

La aprobación de este fármaco en EE. UU. supuso, para Eduard Vieta, Investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM). Jefe de Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic de Barcelona y profesor en la Universidad de Barcelona, «un avance importante en el tratamiento de la esquizofrenia, ya que es el primer medicamento que no actúa directamente sobre los receptores dopaminérgicos, sino los muscarínicos. En declaraciones a Science Media Centre, Vieta dijo que este sentido, aunque acetilcolina y dopamina están interconectadas, supone una innovación muy relevante ya que supone un mecanismo de acción distinto de los fármacos vigentes y un perfil de efectos adversos también diferente, que puede constituir una buena alternativa para los pacientes que no toleran los fármacos utilizados en la actualidad».

Además, el tamaño del efecto en fase aguda y los resultados del estudio de extensión respecto a seguridad y efectividad a largo plazo son también positivos. Tras su aprobación, la experiencia clínica dirá hasta qué punto ha supuesto un verdadero avance para la práctica clínica en esta enfermedad tan necesitada de nuevos enfoques.

El éxito de KarXT ha renovado el interés en los fármacos muscarínicos, que son conocidos por influir en la cognición y los circuitos de recompensa del cerebro. Los investigadores han señalado que el medicamento podría tener aplicaciones más allá de la esquizofrenia, especialmente en el tratamiento de la psicosis asociada con la enfermedad de Alzheimer y trastornos como el bipolar.

Además, los receptores muscarínicos M1, relacionados con la cognición, se están investigando para tratar el deterioro cognitivo en pacientes con alzhéimer. Se espera que los fármacos que se dirigen a estos receptores puedan ralentizar la progresión de la enfermedad neurodegenerativa.

A pesar del entusiasmo que ha generado KarXT, los investigadores advierten que el desarrollo de nuevos fármacos es un proceso largo y lleno de desafíos.

Así, para José García-Valdecasas, vicesecretario de la Junta de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, «sale un nuevo fármaco con un novedoso mecanismo de acción, lo cual en principio está bien, pero en estos casos hay que evitar transmitir una imagen de excesiva eficacia o de excesiva esperanza ante la novedad. Que algo sea nuevo no significa necesariamente que sea mejor. Hay que centrarse en los estudios y en los datos disponibles».

 

Igual a placebo

Así por ejemplo, un reciente ensayo clínico del medicamento emraclidina, otro fármaco muscarínico para la esquizofrenia, no logró superar el placebo, lo que genera dudas sobre la eficacia de otros fármacos similares. Los científicos están investigando moduladores alostéricos, que afectan los receptores muscarínicos de forma más específica, con el objetivo de reducir efectos secundarios y mejorar la eficacia.

El futuro de KarXT y otros fármacos muscarínicos sigue siendo incierto. Si bien los ensayos clínicos han mostrado resultados prometedores, la verdadera prueba de estos medicamentos será su rendimiento en el mundo real, donde los pacientes no están aislados en entornos controlados. Los investigadores siguen observando los efectos de KarXT en pacientes ambulatorios con esquizofrenia y también están estudiando su impacto en la enfermedad de Alzheimer.

Aunque el desarrollo de estos tratamientos aún está en sus primeras fases, el avance en el uso de fármacos muscarínicos para tratar trastornos cerebrales ofrece nuevas esperanzas en el tratamiento de enfermedades complejas como la esquizofrenia y el Alzheimer.

Sin embargo, los científicos subrayan la necesidad de más investigación para entender cómo estos fármacos afectan a los pacientes a largo plazo y si pueden realmente ralentizar o detener el avance de enfermedades como el alzhéimer.

 

Fuente: ABC Salud - España

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